Contestona y brava, su presencia en el Senado siempre dejaba alguna polémica. La actriz y cantante, amante de Díaz Ordaz, fue Senadora y soñó con ser Presidenta en tiempos de Martha Sahagún.
Ciudad de México, 1 de marzo (SinEmbargo).– Cantante, actriz… y política. Irma Serrano, mejor conocida como "La Tigresa", pasó por los estudios de telenovelas y por el Senado de la república. Insultó y se relacionó íntimamente con presidentes priistas. Apoyó a Cuauhtémoc Cárdenas en los 90 y en sus últimas apariciones públicas también le brindó su cobijo al todavía candidato Andrés Manuel López Obrador. Hoy, murió a los 89 años.
"Yo no planeo nada, todo me sale espontáneo", dijo en una ocasión a una reportera de TV Azteca. "La Tigresa" debutó en el cine en un película del Santo y 30 años después, tras rodar una veintena de películas, participar en telenovelas y obras de teatro, entró en el mundo de la política.
Pero, antes de ser ella misma una protagonista, mantuvo un romance con el Presidente de México, el priista Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), el mandatario del país cuando ocurrió la Matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, días antes de los Juegos Olímpicos mexicanos, donde el Gobierno reprimió con brutalidad al movimiento estudiantil que había surgido unos meses antes.
Los reportes indican que la relación entre la actriz y el mandatario habría comenzado en 1969 y culminaría cinco años después en 1974. Díaz Ordaz estaba casado con Guadalupe Borja, la madre de sus tres hijos (Alfredo, Guadalupe y Gustavo). En 1977, Díaz Ordaz sería nombrado embajador en España, pero su salud y las presiones por la Matanza de Tlatelolco lo obligaron a renunciar a mediados de 1978. Un año después, el expresidente moriría.
A pesar de que la relación fue comentada, solamente se confirmó cuando Serrano publicó su libro de memorias, A calzón amarrado, en 1978, "La Tigresa" cuenta que conoció a Díaz Ordaz en una reunión de políticos y que era "un don nadie" que después se convertiría en "el gusano mayor para regir los destinos del país". Sin embargo, Serrano siempre defendió a Díaz Ordaz de la responsabilidad del 2 de octubre.
"Habló buscando que si no sabíamos, que si teníamos comunicación, que en dónde podemos localizarlo", aseguró Serrano al conductor Abraham Zabludovsky en una entrevista con Televisa tres décadas después. Se refería a Luis Echeverría, entonces Secretario de Gobernación. Ella afirma haberlo visto el 3 de octubre, un día después de la matanza en la Plaza de las Tres Culturas.
Serrano siempre defendió a Díaz Ordaz y aseguró que fue Echeverría el "responsable". "Hasta donde las palabras pueden llegar y mi mente puede registrar, el Licenciado Ordaz no dio esa orden y que no estaba en México, estaba [de gira] en varios pueblos de Guadalajara".
De acuerdo con el relato de Serrano, Díaz Ordaz le dejó una casa ubicada en El Pedregal, un barrio exclusivo del sur de la Ciudad de México, así como un comedor que supuestamente perteneció a Maximiliano.
De acuerdo con el diario El Universal, a mediados de los 70 Irma Serrno fue espiada por el Gobierno de Echeverría, citando documentos desclasificados del Archivo General de la Nación, argumentando que participaba en un "grupo disidente": la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
UNA SENADORA RESPONDONA
Después de una larga carrera en cine y televisión, la década de los 90 trajo consigo a la Irma Serrano política. En 1991, fue candidata a Senadora por el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), pero fracasó en aquel intento.
Tres años después, en 1994, consiguió el escaño: fue elegida Senadora por Chiapas, de donde era originaria y donde murió. Durante la LVI Legislatura se mantuvo con la bancada mayoritaria, pero en 1997 –el año en que el PRI perdería por primera vez en la historia la mayoría absoluta en el Congreso– pasó a las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD), entonces el partido más importante de izquierda en el país.
En la última parte de su mandato, se declaró Senadora independiente tras "soportar las groserías del partido". Además, acusó a Porfirio Muñoz Ledo, entonces integrante del PRD, de ser un "guajolote curricular" y luego, dijo, "lo rebajé a gallina inflada.
En abril del año 2000, Serrano acudió a un famosa entrevista con Joaquín López-Dóriga. "Quiero pelear", dijo al inicio de la conversación con una sonrisa la actriz. "Tengo ganas de dar el escándalo final", añadió, con respecto a una polémica con otro Senador priista Dionisio Pérez Jácome, asegurando: "Sí me lo voy a surtir". La entonces legisladora acusaba que hacía menos a las mujeres senadoras y también a los indígenas.
En el año 2000 también se postuló en busca de encabezar la entonces Delegación Cuauhtémoc con el Partido Alianza Social (PAS), pero su paso por las urnas fue intrascendente.
SU LADO OBRADORISTA
Serrano apoyó en 1994 al entonces candidato a Gobernador de Tabasco, Andrés Manuel López Obrador. En un mitin, la actriz se lanzó contra el todavía Presidente, Carlos Salinas de Gortari: "Si en seis años ese hijo de la chingada no pudo ver ni pudo oír los reclamos de todo el país, sobre todo de las clases humildes, del campesino, del trabajador, con un sueldo de miseria”, dijo en un mitin.
Aunque no sería un relación continua, una de las últimas apariciones públicas de Irma Serrano ocurriría en las campañas de 2018. López Obrador recibió a La Tigresa en un mitin en Comitán, Chiapas, tierra donde ella nació.
"La quiero mucho", dijo López Obrador, que hasta entonces había perdido dos elecciones presidenciales y estaría por ganar la tercera. "Porque hace como25 años yo fui candidato a Gobernador en Tabasco. En aquellos tiempos andaba yo solo, sin apoyo, los dirigentes no me apoyaban y esta señora fue a Tabasco y me acompañó en esa campaña”, completó, para luego besarle la mano.
IRMA, ¿PRESIDENTA?
En una entrevista con la agencia EFE en 2003, La Tigresa aseguró que tenía deseo de ser candidata presidencial. "Porque tengo más derecho, más pantalones y más pantaletas que ‘Martita’", dijo, en referencia a Martha Sahagún, entonces Primera Dama del Presidente Vicente Fox (2000-2005) y por entonces una de las posibles aspirantes a suceder a su esposo.
Sin embargo, nunca participó formalmente de ningún proceso ni con el PRD, ni con el PRI.
Serrano murió este miércoles los 89 años de un paro cardiaco. En los últimos años se alejó del foco público, aunque concedía entrevistas de vez en vez, siempre desde su natal Chiapas, donde pasó sus primeros días y sus últimos.